16 de abril de 2008

DISTINTO DE LO COMÚN

Cuando se abandona lo aprendido,
desaparecen las contradicciones.
¿Qué diferencia hay entre "¡Sí!" y "¡Por cierto!"?
¿Qué distinción puede hacerse entre "bueno" y "malo"?
¿He de temer lo que los demás temen?
¡Vaya tremendo sinsentido!

La gente se exalta
como si festejaran el sacrificio de un buey,
o subieran al Pabellón de Primavera.
Tan sólo yo permanezco tranquilo e impasible,
como un recién nacido que todavía no ha sonreído.
Sólo yo estoy desamparado,
como quien carece de un hogar a donde volver.
Todo el mundo busca la abundancia:
Sólo yo parezco desprovisto.

Tengo la mente de un simple ¡tan borrosa!
Todos son brillantes, ¡tan brillantes!
Sólo yo soy oscuro, ¡tan oscuro!
Todos son agudos, ¡tan agudos!
Sólo yo estoy callado, ¡tan callado!

Difuso como un océano...
sin rumbo como la ráfaga de un huracán.
Todo el mundo posee un propósito,
sólo yo permanezco obstinado y marginal.

Pero en lo que soy diferente de los demás
es en que aprecio nutrirme del Tao.

Tao Te King, XX