29 de mayo de 2008

EXTRAÑO


-¿Quién eres ?- preguntó la Oruga.
No era ésta precisamente la manera más alentadora de iniciar la conversación. Alicia replicó, algo intimidada:
-Pues verá usted, señor... yo... yo no estoy muy segura de quién soy, ahora, en este momento; pero al menos sí sé quién era cuando me levanté esta mañana; lo que pasa es que me parece que he sufrido varios cambios desde entonces-.
-¿Qué es lo que quieres decir?- dijo la Oruga con severidad. -¡Explícate!-
-Mucho me temo, señor, que no sepa explicarme a mí misma- respondió Alicia -pues no soy la que era, ¿ve, usted?-
-¡No veo nada!- dijo la oruga.
-Temo no poder decírselo con mayor claridad- insistió Alicia muy cortesmente, -pues, para empezar, ni yo misma lo comprendo; y además, cambiar tantas veces de tamaño en un solo día resulta muy desconcertante-.
-No lo es- replicó la Oruga.
-Bueno, quizá a usted aún no se lo parezca así- dijo Alicia; -pero cuando se haya transformado en una crisálida –y eso ha de pasarle algún día, ¿sabe?--, y después cuando se convierta en una mariposa, ¿no cree usted que le parecerá todo eso un poco extraño?-
-¡En absoluto!- declaró la Oruga.
-Bueno, quizás tenga usted sentimientos distintos a los míos- dijo Alicia; -pero lo que sí sé es que yo, en su lugar, ¡me sentiría ciertamente muy rara!-
-¡Ah! ¡Tú!- dijo la Oruga con desdén. -¿Y quién eres ?-

Lewis Carroll, Alice's Adventures in Wonderland, 1865